Si estas pensando en la reforma de tu cocina, quizás también es el momento de plantearte si quieres hacerla abierta o cerrada. Precisamente la opción de tener un espacio más amplio sea el origen de tu reforma. Hoy os planteo las ventajas e inconvenientes de realizar esa elección, derivadas de las dudas de mis clientes y reflexiones basadas en mis experiencias.
Está claro que, como todo en la vida, cada opción tiene sus ventajas y desventajas, así que se trata de averiguar cuál de ambas encaja mejor con tu casa y estilo de vida. ¡La elección es tuya!
En espacios pequeños, la mejor opción es integrar cocina y sala de estar, sin ningún tipo de elemento de separación. Con una buena distribución que optimice los espacios de paso se puede conseguir que la amplitud se multiplique sorprendentemente. Sin embargo, cuando se dispone de bastante superficie es una opción personal. Depende mucho de cómo son los habitantes de la casa y cómo usan la cocina. Va más allá de decidir si tirar un muro o no.
Más luz: La cocina abierta es el recurso más utilizado cuando el lugar que ocupa una cocina no tiene suficiente luz natural. La solución pasa por tirar el tabique que impide la fluidez lumínica y unirla a las áreas que sí cuentan con salidas al exterior. Porque está claro que una cocina con luz natural es mucho más bonita y, lo que es más importante, segura y práctica.
Mayor sensación de espacio: Con la cocina abierta ganarás en sensación de amplitud, sobre todo en pisos pequeños. Continuidad visual. Las cocinas cerradas suelen quitar metros que serían de gran utilidad. Hace los espacios demasiado rígidos y no dan la posibilidad de jugar con la distribución.
Más participativa: Una cocina abierta promueve lo de cocinar en compañía. Puedes seguir la tertulia de los invitados o vigilar a los niños jugando en la alfombra del salón o haciendo los deberes. La cocina cerrada, sin embargo, mantiene al que se ocupa de cocinar o de recoger un tanto aislado del resto de la vida en familia. Por eso a veces nos da tanta pereza ponernos a lavar los platos, porque la sobremesa está tan entretenida, que no queremos perdernos nada.
Consejos: Ten en cuenta que el resultado puede alejarse mucho de lo que esperas si no cuentas con la ayuda de un experto. No obstante, sigue siempre estos consejos:
1. Asegúrate de no tener sorpresas en los tabiques que quieres eliminar. No dejes nada sin estudiar y valorar. La pared que crees que puedes eliminar, quizás contiene una viga o instalación importante; los suelos pueden estar a diferentes niveles, etc. Mide, dibuja, diseña….antes de empezar a tirar tabiques. No siempre el espacio te aporta lo que esperas o, la distribución del salón puede complicar tu idea de unificar ambos espacios.
2. Unifica estilos y cuida la ILUMINACIÓN. Está claro que si unes cocina y salón, ambos ambientes deben guardar cierta similitud para dar una sensación de armonía estética. Pues bien, en una cocina cerrada puedes jugar más con los estilos y escoger muebles de madera combinados con encimeras de mármol, por ejemplo. Puedes jugar más con los materiales y con los colores, sin que el resto se vea comprometido. Nos dan más versatilidad a la hora de trabajar.
Además, si unificas cocina y salón, piensa en la iluminación. Necesitarás una iluminación específica en determinados puntos de la cocina e independiente del resto. Pues aunque se trate de un mismo espacio, es importante diferenciar las necesidades de cada uno e independizarlos cuando desees.
3. Evita olores: incluye CAMPANA EXTRACTORA POTENTE Y ÚSALA BIEN. Tenemos el pensamiento de que la cocina abierta hace que toda la casa “huela”. Probablemente influidos por el poco y mal uso que se ha dado habitualmente a la campana extractora en nuestras viviendas. Una buena campana extractora es crucial en una cocina abierta. Usar bien la campana es otra de los grandes retos a los que vas a enfrentarte. Es la única que te asegura que los olores se extraen. Si abres la ventana de la cocina esperando que se vaya el olor de la comida, lo más probable es que la ventilación cruzada lo acabe repartiendo por toda la casa. El salón olerá a tu cena y probablemente, también a la de tus vecinos.
Escoge un modelo decorativo o camúflala bajo un mueble alto, para que no distorsiones la imagen del salón. Si apuestas por un modelo de diseño, empotrado en techo, por ejemplo, te aseguras que la campana apenas se vea. Además, puedes aprovechar para colocar unas bonitas lámparas sobre la encimera. No te preocupes por la eficacia, funcionan perfectamente. ¡Muy importante también! ¡Que sea silenciosa! No queremos estar leyendo en el sofá o viendo una peli con el bufido de un extractor ruidoso.
Los olores y el humo no serán un problema en la cocina cerrada, todo se queda entre esas paredes y el resto de la casa no tendrá que sufrir cuando cuezas la coliflor o se te queme la sartén con aceite.
4. Cuidado con el desorden. Si existe un problema en las cocinas integradas no son los tan temidos olores, es el desorden. Mira tu cocina ahora y piensa si estás dispuesto a verla así mientras intentas descansar después de comer o cuando has terminado de cenar y te apetece ver una película. Si la respuesta es sí, adelante. Por el contrario, si el orden no es lo tuyo, valora si puedes cambiar ese hábito para obtener como contrapartida un espacio más amplio y agradable.
SOLUCIÓN: SEMIABIERTA
Yo creo que en muchas ocasiones, la cocina semiabierta es la mejor opción. Con esta opción puedes ganar amplitud y sensación espacial, pero evitas algunos inconvenientes de la cocina integrada en el salón. Para conectar cocinas semiabiertas existen múltiples opciones.
Muro divisor. Pon un muro a media altura a modo de barra para desayunos; mueble con cajones; o estantería que haga de separador. Con esta opción, la entrada a la cocina quedaría abierta a ambos lados y conservarías la independencia y privacidad de cada espacio.
Puertas correderas y amplias. Coloca puertas más grandes o correderas que te permitan mejorar la entrada de luz o conseguir mayor fluidez entre espacios. Así puedes mantener la cocina cerrada y lograr una mejor conexión al salón a la vez.
Cerramientos de cristal: Es la solución más vista, por su belleza y funcionalidad. Si quieres crear un espacio diáfano y una mayor amplitud visual sin integrar totalmente la cocina al salón, los semi-cerramientos de cristal son una opción muy versátil. Puedes combinar tabiquería con cristal y no pases por alto las estructuras con cuarterones de hierro forjado, toda una tendencia que perdura.
Otra opción es crear paredes de cristal a modo de tabiques divisorios. Así, la cocina continúa manteniendo su espacio pero se unifica visualmente con el salón. Las puertas se integran con la misma cristalería para conservar la uniformidad visual. Es preferible optar por puertas amplias que permitan conectar mejor los espacios. En este caso, conservas la distribución independiente de zonas pero logras crear un ambiente diáfano.
Una cocina en el armario. Si huyes de la idea de tener la cocina siempre a la vista, los paneles o puertas correderas que esconden la cocina a modo de armario son la solución más práctica. Este tipo de cerramiento móvil es recomendable para salones pequeños que quieren ganar espacio eliminando la zona dedicada a la cocina. La cocina se concibe como una zona útil que aparece (y desaparece) solo cuando lo necesitas.
Cierra solo la parte que te interese. Si deseas abrir la cocina pero, por la distribución, hay zonas donde quieres mantener la delimitación de espacios, puedes optar por abrir completamente la cocina dejando un pequeño tabique de cristal, pladur o móvil en la zona a conservar. Esta separación es útil si la cocina está cerca de un pasillo o el acceso a otra estancia y quieres crear una separación. Además, mantener algún tabique te permite colocar mobiliario en la zona.
¿Os he aportado ideas? Espero haberos ayudado a resolver vuestras posibles dudas y haberos dado ideas para la reforma de vuestra cocina. Estoy a vuestra disposición. Solicitarme consejo sin compromiso.
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